Síndrome de dolor miofascial: diagnóstico y tratamiento
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Resumen
El síndrome de dolor miofascial (SMF) es una de las causas más comunes de dolor
musculoesquelético agudo y crónico al igual que de discapacidad temporal o permanente.
Al menos un 30% de la población presenta algún síntoma en el aparato locomotor en que
el dolor de origen muscular tiene una importancia significativa y representan el 90% de
los pacientes que acuden a las clínicas del dolor. Es un trastorno no inflamatorio, de origen
muscular localizado en un músculo o grupo muscular, que se caracteriza por dolor en la
zona muscular correspondiente, más dolor referido y presencia de una banda de tensión,
dolorosa y aumentada de consistencia, que se identifica a la palpación. En esta banda se
encuentra el punto gatillo (PG) o trigger point. Algunos factores como los traumatismos
agudos, microtraumatismos repetidos, falta de ejercicio, posturas inadecuadas y
mantenidas, deficiencias de vitaminas, alteraciones del sueño y problemas articulares
predisponen la aparición de puntos gatillo. El síndrome de dolor miofascial es un proceso
muscular regional agudo o crónico, primario o secundario, prevalente, incapacitante,
subdiagnosticado y por consiguiente poco tratado. La etiología de los puntos gatillo es
debida a una disfunción de la placa motora producto de una despolarización anormal
de esta. Los pacientes con SMF y con puntos gatillos activos presentan dolor localizado
o regional persistente que afectan principalmente los músculos del cuello, hombros y
cintura pélvica. En ocasiones pueden asociarse a síntomas autonómicos. El diagnóstico
se basa en un adecuado y minucioso examen físico al igual que una detallada y exhaustiva
historia clínica. Los criterios diagnósticos son el nódulo doloroso en la banda tensa, el
reconocimiento del dolor por parte del paciente, el patrón característico de dolor referido
y el signo del salto o jump sign. Actualmente se utiliza la ecografía musculoesquelética
para complementar el diagnóstico con la ayuda de un diapasón a 128 cps. El tratamiento
es farmacológico y no farmacológico. Este debe ser individualizado y multidimensional; y
depende de la intensidad y duración del dolor. El propósito de este artículo es establecer
una guía de diagnóstico y manejo en pacientes con síndrome de dolor miofascial.
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